¡¿En qué somos iguales? Por el Bautismo todos somos iguales en dignidad. Todos somos hijos adoptivos de Dios, Dios nos creó a todos por amor y nos ha hecho libres, no somos unos esclavos, Dios nos ama a cada uno de una forma concreta, nos ama con un Amor Infinito y Todopoderoso. Nos ama como sólo Él puede amar, con un Amor de ágape, como Padre,nos ama siempre; Él, no puede dejar de amarnos, porque si lo hiciera dejaría de ser Dios.
Y,nosotros, ¿cómo correspondemos a su Amor?
"Nos has hecho, Señor para Vos y nuestro corazón anda inquieto hasta que no descanse en Vos". Esta reflexión de San Agustín es decisiva. La finalidad última de la existencia humana es la comunión con Dios.
Es necesario conocer el mundo en que vivimos: nuestras circunstancias políticas y sociales. El cristiano, desde su lugar social,está llamado a impregnar el mundo de espíritu cristiano, de valores y de virtudes evangélicas. Con su testimonio, su forma de vivir, su entusiasmo, su Fe...
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¡¿En qué somos iguales? Por el Bautismo todos somos iguales en dignidad. Todos somos hijos adoptivos de Dios, Dios nos creó a todos por amor y nos ha hecho libres, no somos unos esclavos, Dios nos ama a cada uno de una forma concreta, nos ama con un Amor Infinito y Todopoderoso. Nos ama como sólo Él puede amar, con un Amor de ágape, como Padre,nos ama siempre; Él, no puede dejar de amarnos, porque si lo hiciera dejaría de ser Dios.
Y,nosotros, ¿cómo correspondemos a su Amor?
"Nos has hecho, Señor para Vos y nuestro corazón anda inquieto hasta que no descanse en Vos". Esta reflexión de San Agustín es decisiva. La finalidad última de la existencia humana es la comunión con Dios.
Es necesario conocer el mundo en que vivimos: nuestras circunstancias políticas y sociales. El cristiano, desde su lugar social,está llamado a impregnar el mundo de espíritu cristiano, de valores y de virtudes evangélicas. Con su testimonio, su forma de vivir, su entusiasmo, su Fe...
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