miércoles, 28 de enero de 2015

Ante los tiempos que corren

Los cristianos tenemos hoy una misión ineludible: hacer creíble y atractivo el mensaje de Jesús en esta sociedad secularizada y postmoderna en la que nos ha tocado vivir, cada vez más alejada de la Iglesia. Una misión verdaderamente fronteriza. Las dificultades no se derivan únicamente del contexto sociocultural, sino que tenemos que reconocer la parte de dificultad que procede de la propia institución eclesial (de la que formamos parte). Por un lado está la imagen que refleja y, por otro, la falta de adecuación a los nuevos tiempos en la transmisión del mensaje. Este panorama implica nuevos retos para quienes tenemos que ir construyendo, al aire del Espíritu, las alternativas. Cada uno con la parte de responsabilidad que le corresponde.


1 comentario:

HTTP://rosadeabril-m.blogspot.com dijo...

El Evangelio nos invita a contemplar a Jesús entrando en la Sinagoga con sus discípulos: Jesús acaba de llegar a Cafarnaún, pero no se va a entretener en pasear por el pueblo, se van en seguida a la Sinagoga, porque Jesús sabe que es allí en donde tiene que ejercer su Misión:a pesar de las contínuas infidelidades de los Hebreos y, hasta de sus sacerdotes, Dios no deja de enviarles avisos a través de sus Mensajeros porque tiene compasión de su pueblo...Dios, rico en Misericordia, por el gran Amor con que nos amó, estando nosotros muertos por el pecado, nos ha hecho vivir con Cristo.

Allí, en la Sinagoga,la atención se centra en un hombre poseído por el Demonio que reconoce al Hijo de Dios.

La actuación de Jesús llama la atención de la gente porque enseña con autoridad, expulsa los demonios y cura a los tullidos y a los ciegos de nacimiento. Jesús se acerca y se relaciona con todos, buenos y malos, sanos y enfermos, Él no excluye a nadie y no tiene reparos al acercarse a pobres y pecadores.

Cristo es la Palabra de Dios que habita entre nosotros. Todo en Él es palabra viva y Buena Noticia. Si quisiéramos escucharlo de verdad, encontraríamos en su Palabra la verdad, el alimento, la fuerza y la bendición total.