martes, 31 de marzo de 2015

Lavatorio de los pies



Ahora entrega su vida hasta la muerte ofreciendo a todos la salvación del Padre.

Así fue la despedida de Jesús, que quedó grabada para siempre en las comunidades cristianas. Sus seguidores no quedarán huérfanos; la comunión con él no quedará rota por su muerte; se mantendrá hasta que un día beban todos juntos la copa de «vino nuevo» en el reino de Dios. No sentirán el vacío de su ausencia: repitiendo aquella cena podrán alimentarse de su recuerdo y su presencia. Él estará con los suyos sosteniendo su esperanza; ellos prolongarán y reproducirán su servicio al reino de Dios hasta el reencuentro final. De manera germinal, Jesús está diseñando en su despedida las líneas maestras de su movimiento de seguidores: una comunidad alimentada por él mismo y dedicada totalmente a abrir caminos al reino de Dios, en una actitud de servicio humilde y fraterno, con la esperanza puesta en el reencuentro de la fiesta final.

¿Hace además Jesús un nuevo signo invitando a sus discípulos al servicio fraterno? El evangelio de Juan dice que, en un momento determinado de la cena, se levantó de la mesa y «se puso a lavar los pies de los discípulos». Según el relato, lo hizo para dar ejemplo a todos y hacerles saber que sus seguidores deberían vivir en actitud de servicio mutuo: «Lavándoos los pies unos a otros». La escena es probablemente una creación del evangelista, pero recoge de manera admirable el pensamiento de Jesús. El gesto es insólito.

En una sociedad donde está tan perfectamente determinado el rol de las personas y los grupos, es impensable que el comensal de una comida festiva, y menos aún el que preside la mesa, se ponga a realizar esta tarea humilde reservada a siervos y esclavos. Según el relato, Jesús deja su puesto y, como un esclavo, comienza a lavar los pies a los discípulos. Difícilmente se puede trazar una imagen más expresiva de lo que ha sido su vida, y de lo que quiere dejar grabado para siempre en sus seguidores. Lo ha repetido muchas veces: «El que quiera ser grande entre vosotros, será vuestro servidor; y el que quiera ser el primero entre vosotros, será esclavo de todos». Jesús lo expresa ahora plásticamente en esta escena: limpiando los pies a sus discípulos está actuando como siervo y esclavo de todos; dentro de unas horas morirá crucificado, un castigo reservado sobre todo a esclavos.

1 comentario:

HTTP://rosadeabril-m.blogspot.com dijo...

La Cena del Señor, centro de la historia de la salvación.Se abre con la Misa vespertina del Jueves Santo, que conmemora la Cena del Señor.
En las Lecturas nos hablan de como Dios ordenó a los Hebreosque cada familia debía de inmolar un animal sin defecto, macho, de un año, cordero o cabrito: Con la sangre del animal debían marcar las puertas para liberarse del exterminio de los primogénitos. lO DEBÍAN COMER A TODA PRISA y con atuendo de caminantes. Así iniciacrían su peregrinaje hacia la Tierra Prometida. Esta Fiesta de Pascua en honor del Señor deberían repetirla cada año commemorando el Paso del Señor por Israel para liberarlo de laesclavitud de Egipto.

Jesús elige la celebración de la pascua judía para instituir su Pascua, en la que Él mismo va a ser el verdadero "Cordero sin defecto" inmolado y consumado por la salvación de los hombres. Y, Jesús, se sienta a la mesa con los suyos para iniciar el nuevo rito:"El Señor Jesús, en la noche que iban a entregarlo, tomó pan y, pronunció la Acción de Gracias, lo partió y dijo:"Esto es mi cuerpo que se entrega por vosotros.." YY, lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo:"Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre," Aquel pan y aquel vino, milagrosamente transformados en el Cuerpo y en la sangre de Cristoeran el anuncio y el anticipo de la muerte del Señor en la que derramaría toda su Sangre y hoy son su vivo memorial."Haced esto en memoria mía". Bajo esta luz presenta San Pablo la Eucaristía diciendo: "cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor"

Nutridos con este Pan, que es el Cuerpo de Cristo y, lavados con su Sangre, los hombres pueden soportar todas las adversidades del viaje y pasar de la esclavitud del pecado a la libertad de los hijos de Dios, de la aridez del desierto a la Tierra Prometida: la Casa del Padre.
Jesús habiendo amado a los suyos, los amó hasta el extremo...Y una exhortación:" Si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros.."Os doy un mandato nuevo: que os améis mutuamente como yo os he amado"..Con el lavatorio de los pies, la Institución de la Eucaristía y su muerte en la Cruz, Jesus nos dice hasta qué punto tenemos que amarnos para intentar imitarlo y cumplir así en mandamiento nuevo.