domingo, 5 de abril de 2015

Una nueva sensibilidad

Yo, naturalmente, no sé bien qué es la vida, pero me he determinado a vivirla. De esa vida que se me ha dado, no quiero perderme nada: no sólo me opongo a que se me prive de las grandes experiencias, sino también y sobre todo de las más pequeñas. Quiero aprender cuanto pueda, quiero probar el sabor de lo que se me ofrezca. No estoy dispuesto a cortarme las alas ni a que nadie me las corte”
 
Vivir la vida de forma diferente. Aprender a saborear los pequeños regalos de cada día. Soñar con los imposibles. Dejarnos sorprender con lo nuevo. Admirarnos del amor que nos regala. Quedarnos perplejos ante la gratuidad que contemplamos.
 
Quiero vivir de otra manera. Vivir como Dios quiere que yo viva. Sin alejarme de su lado. Abierto al horizonte que Él me marca y no tanto al que yo deseo. Sin exigirle lo que no tengo. Sin pretender cargos ni prestigio. Sin buscar fama o que respeten mi dignidad.
 
Sin desear que valoren mis talentos. Sin atarme a lo que sólo me presta Dios por un tiempo. Sin estancarme donde yo estoy cómodo y seguro. Dispuesto siempre a lo que Él desee para mí.Para eso tengo que entregarle mi corazón, para que lo haga nuevo.
 
Que mi corazón se funda con el suyo. Que ame lo que el ama y sienta con sus sentimientos. Que abrace la cruz de mi camino sin amargura, con esperanza. Que aprenda a besar mi historia, mis heridas, mis dolores.
 
Para eso tendrá que podar, limpiar, trabajar la tierra. Tendrá que dejar morir algunas cosas que me pesan, para que pueda dar nueva vida. Decía el Padre José Kentenich: “Deben ahora examinarse: ¿Estoy apegado a las cosas? ¿O puedo decir tranquilamente: - ¡Mi Dios y mi todo!? Si fuera este el caso, está todo bien. Ciertamente, yo también me puedo alegrar por tener poder y prestigio, pero no me esclavizo a ello. Ellos deben ser peldaños para llegar a Dios: ¡Mi Dios y mi todo!
 
Quiero mirar mi vida al llegar la Pascua con su mirada. Quiero admirarme por el paso de Dios por mi vida. Quiero que Jesús deje morir en mí lo que me esclaviza y haga renacer la vida que me hace más suyo, más niño, más limpio, más puro.
 
Quiero que surja una nueva forma de vivir en mi corazón. Vivir como Él quiere que viva. Quiero abrir mi corazón herido para que brote en él una vida verdadera que todo lo haga nuevo.

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