miércoles, 7 de octubre de 2015

¿Qué he de hacer?

El Evangelio nos habla bien claro: Dios nos quiere libres de todo lo que nos ata.

No es que la santidad sea patrimonio de los pobres, pero el Evangelio tiene palabras duras contra las riquezas y el dinero, ya que quitan nuestra libertad para ver, juzgar y actuar correctamente ante los problemas de los hermanos necesitados.

No es fácil ser libre y hacer el bien cuando nuestros brazos están ocupados en proteger y guardar lo que vamos acumulando.

¿Qué lugar ocupa el dinero en el “ranking” de mis valores y preocupaciones? ¿Un lugar adecuado, sometido a los valores?


No hay comentarios: