jueves, 26 de noviembre de 2015

Un testimonio desde la pobreza

“¿De dónde viene toda esa alegría? ¿De donde nace la esperanza que los saca adelante?” Eran las preguntas que los chicos no dejaban de hacerse y de hacerme; uno llegó a decirme, creo que recogiendo la experiencia de muchos: “Yo me esperaba encontrar gente frustrada y peleada con Dios. He encontrado todo lo contrario”. Y otro remató con: “Nosotros, los que deberíamos agradecer por todo lo que tenemos, somos indiferentes con Dios, mientras ellos, los pobres, los que no tienen nada, son los que agradecen y aman a Dios. Alguien está mal en esta ecuación”. Son frases auténticas fruto de corazones sorprendidos ante el misterio de la fe. Jóvenes que poco a poco fueron dándose cuenta que lo que define la verdadera pobreza no son las posesiones materiales, sino la falta de amor, de paciencia, de amistad, de esperanza y de fe. Porque en la pobreza más extrema, en el dolor más intenso, ninguna de esas personas había perdido lo más precioso que puede tener un ser humano: la capacidad de amar y de ser amados. Y es que ese es el don más precioso, aquel que define la auténtica riqueza del ser humano; un don que los pobres muchas veces ven con más claridad que nosotros.



Documental de misiones 2014 from MissioniMVC on Vimeo.

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