domingo, 5 de junio de 2016

No llores


En este relato de la viuda de Naín, Lucas nos quiere mostrar que la misericordia de Dios es infinita. Siente compasión por aquella madre que llora la muerte de su único hijo y decide ayudarla. Y a nosotros, como hijos de Dios, se nos invita a tener un corazón compasivo y misericordioso, y esto nos ha de llevar a acercarnos a los más pobres, a acogerlos, a hacer que desaparezcan las desigualdades, el dolor, la injusticia y todo aquello que oprime al ser humano.

¿Somos misericordiosos como el Padre?

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