sábado, 2 de julio de 2016

De dos en dos

Está claro que Dios no es paternalista. A lo largo de la Historia ha ido suscitando la vocación de hombres y mujeres para ponerse al servicio de los demás y construir un mundo más fraterno. Dios envía. 
Jesús envía; llama y envía. El anuncio del Reino de Dios es la encomienda que reciben los llamados y enviados. Es un anuncio que debe ser hecho con sencillez, sin grandes aspavientos. 
Se trata de una propuesta, nunca de una imposición; si hay quien no lo acoge, hay que partir a otro lugar.
Los enviados necesitan rezar, pedir obreros para tanta mies. Es una anuncio que necesariamente va acompañado de signos: el cuidado de los necesitados (pobres, enfermos menesterosos…).
La palabra misa significa “envío”. Todo cristiano es un llamado y un enviado. También hoy Cristo nos envía a ser anunciadores del Reino.

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