viernes, 18 de agosto de 2017

Ante el dolor

Buenos días a todos. Ante el dolor que uno siente siempre que hay un ataque terrorista, os dejo dos textos, uno es Santiago Agrelo y el segundo una oración de Jose María Rodriguez Olaizola.

Santiago Agrelo:

¡Qué tristeza haber nacido para asesinar y hacer sufrir! Pero no, nadie ha nacido para eso: nacemos para amar, sólo para amar y dar vida, aunque podemos escoger el odio que nos mata!



Olaizola:

Una oración por Barcelona.

Por los fallecidos, en primer lugar. Por sus historias truncadas, por ser víctimas de una violencia terrorista absurda. Por todo el dolor que esas muertes repentinas dejan atrás.
Por las otras víctimas, heridos de distinta consideración, que habrán de lidiar con las secuelas del horror experimentado en esos minutos de pánico y muerte.
Por los familiares y amigos que se ven obligados a afrontar las consecuencias de este terrorismo salvaje. 

Por los fanáticos que creen que la violencia consigue algo, para que abran los ojos, el corazón y la entraña a una lógica que no se basa en el odio o la destrucción.
Por quienes tienen que intentar que esto no ocurra: autoridades, fuerzas de seguridad, y tantos otros. Que sigan haciendo su trabajo con convicción, con paciencia, con generosidad y con perseverancia, aunque a veces el agresor consiga golpear.

Por las gentes de paz que, ante esto, serán señaladas injustamente, por entrar en una etiqueta, una categoría, o una adscripción religiosa.
Por la paz. Que se convierta en clamor, en camino y en resultado.

1 comentario:

HTTP://rosadeabril-m.blogspot.com dijo...

Cuando se produce un atentado la sociedad entera queda muy afectada. Creo que no hemos aprendido a amar debidamente a nuestro prójimo...El verdadero amor al prójimo no se aprende si no nos acercamos a él; si no lo miramos cara a cara. La esperanza en el Cara a Cara con Dios, que nos permite vivir sin miedo a la muerte, sólo se transmite a través del cara a cara con nustro pójimo.
TenemMe pareceos un Padre que llora y se apiada de sus hijos; ahi está Él para consolarnos: con las víctimas, con los heridos, con las familias y, con los fanáticos que han sido capaces de causar tanto MAL...Él es Padre y conoce a sus hijos y conoce nuestros sufrimientos, ¡qué dolor experimentará al reconocer que somos malos, que cometemos grandes pecados..! Dios conoce nuestros sufrimientos y, aunque nuestros pecados sean muy graves, si nos arrepentimos y nos confesamos y le pedimos perdón, enseguida nos perdonará, como al buen ladrón, y nos ofrecerá un futuro eterno de plenitud. Me parece que, como hijos, debemos unirnos en Oración para pedirle perdón por nuestros propios pecados y por el mundo entero.