En el evangelio de este domingo, Mateo, nos propone una parábola en la que Jesús explica el sentido de su vida, iluminándola con la historia de la salvación. Presenta a Dios Padre Creador, como una persona que tiene unas viñas, unas tierras, un reino, una propiedad para labrar y, por este motivo, contrata unos trabajadores para que trabajen la tierra con una promesa y un compromiso de recibir premios según rendimiento. Cuando llega el tiempo de recogida envía unos sirvientes que hacen de intermediarios entre el Señor y los trabajadores, estos profetas fracasan en su objetivo y decide enviar a su único hijo con la muerte como resultado.
Jesús avanza, en esta parábola, su destino y explica su final iluminando su existencia con la Sagrada Escritura, presentando la Iglesia, como aquel pueblo escogido que hará fructificar estos terrenos, estas viñas, este reino hasta hacer realidad el sueño del creador, convertir su creación en el Reino de Dios. Esta es la misión de su pueblo, esta es la misión de todos los que nos llamamos seguidores de Jesús.
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