domingo, 22 de octubre de 2017

Que se note nuestra fe

No os escapéis
de la calle, de la brega,
de la lucha,
tan cotidiana,
por el arroz y la casa,
por la puerta abierta,
la mano tendida,
el trabajo
y el descanso.
No huyáis
del encuentro
con los otros,
amables y complicados,
contentos o apáticos,
valientes o acobardados.
No os refugiéis de la vida
entre las paredes de un templo
o las líneas de un salmo.

Vivid, creed, pelead, amad.
Dadle a Dios lo que es de Dios
y al César lo que es del César,
pero, en todo ello,
que se note vuestra fe,
que todo lo anega
como río caudaloso
que fecunda
la historia.

(José María R. Olaizola, sj)

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