jueves, 25 de septiembre de 2014

Domingo 26 del Tiempo Ordinario

Ya empezamos el nuevo curso a nivel pastoral. Nuevos Retos por vivir y todos ellos puestos en las manos de Dios. Que todos tengamos un buen curso, o como dice un amigo mío, que tengamos una vida a "gusto del Señor".

Para este domingo:

Jesús opta por los pobres y necesitados como los primeros que verán el Reino de Dios. Su situación los hace maestros de la espera. Tienen que confiar en la ayuda de otros, de voluntarios, de instituciones. Y no siempre es fácil, porque hay situaciones de injusticia muy fuertes. Sin hablar ahora de los países del Sur...

La suya es una espera activa. La persona no pierde nunca su dignidad. Aunque con un contexto adverso, intentan salir del círculo de la marginación donde se encuentran y agradecen cualquier ayuda. Reconocen los dones que reciben. Y actúan. Denuncian y quieren cambiar su situación. 

Y nosotros, ¿nos creemos los más dignos para entrar en el Reino? ¿Cómo miramos a aquéllos que nos piden ayuda en el metro, en la calle? ¿Los juzgamos? ¿O damos gracias a Dios por nuestro bienestar?
¡Aún nos queda mucho por aprender! 

Pidamos al Padre la sencillez de vida para ver cuántas cosas nos sobran en nuestra vida.

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1 comentario:

HTTP://rosadeabril-m.blogspot.com dijo...

La Liturgia de este Domingo nos pone en la Presencia de un Dios dialogante y muy paciente que le explica al hombre cómo es la justicia de sus procedimientos y de la necesidad que tiene el hombre de adherirse a su Voluntad y hacer siempre el Bien.Y,le pregunta por boca del profeta Ezequiel:¿Es injusto mi proceder?; ¿o no es vuestro proceder el que es injusto?Cuando un justo cae, cuando comete una maldad, no puede imputar a Dios por su inconstancia, su pereza, por su falta de amor; Dios no está obligado a salvarlo si se aleja voluntariamente de Él.

Dios ama tanto a sus criaturas que si recapacitan y reconcen su pecado, aunque sea el pecado más mortal de todos los pecados, si se arrepienten, el Señor los perdonará y vivirán y no morirán. Mientras el hombre vive en el mundo, puede convertirse y hacer un buen propósito de permanecer en el Bien, aunque hubiera sido muy pecador...