El Dios que Jesús nos revela no es un Dios que nos envía desgracias y accidentes para castigar a los pecadores. El Dios de Jesús es el mismo Dios de Moisés que ve las penas de su pueblo y oye sus clamores, que conoce sus sufrimientos y decide bajar a la historia de los hombres para liberarlos.
"Yo Soy el que Soy, el Dios de vuestros padres". Esto es lo que conocemos de Dios: el nombre que nos ha revelado: su Presencia entre nosotros es una Presencia amable, fiel y liberadora.
El es el Mesías Salvador; pero la iniciativa salvadora de Dios no sirve de nada si nuestra actitud no es receptiva de conversión y de adhesión a Él. San Pablo nos recuerda que aquellos hebreos del Éxodo que caminaban con Moisés, vinculados a él como lo estamos los cristianos a Cristo, no llegaron a la tierra prometida.Dios tiene muchísima paciencia, más de la debida, como el viñador de la parábola con la higuera estéri, pero quiere que nos demos cuenta de que no conviene jugar con fuego y que más pronto o más tarde tenemos que dar frutos de conversión.
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El Dios que Jesús nos revela no es un Dios que nos envía desgracias y accidentes para castigar a los pecadores. El Dios de Jesús es el mismo Dios de Moisés que ve las penas de su pueblo y oye sus clamores, que conoce sus sufrimientos y decide bajar a la historia de los hombres para liberarlos.
"Yo Soy el que Soy, el Dios de vuestros padres". Esto es lo que conocemos de Dios: el nombre que nos ha revelado: su Presencia entre nosotros es una Presencia amable, fiel y liberadora.
El es el Mesías Salvador; pero la iniciativa salvadora de Dios no sirve de nada si nuestra actitud no es receptiva de conversión y de adhesión a Él. San Pablo nos recuerda que aquellos hebreos del Éxodo que caminaban con Moisés, vinculados a él como lo estamos los cristianos a Cristo, no llegaron a la tierra prometida.Dios tiene muchísima paciencia, más de la debida, como el viñador de la parábola con la higuera estéri, pero quiere que nos demos cuenta de que no conviene jugar con fuego y que más pronto o más tarde tenemos que dar frutos de conversión.
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