Siento que tú eres mi centro, mi blanco y mi eje.
Percibo que mi ser tiende naturalmente hacia Ti,
como la planta a la luz.
Siento que tú eres el perfume
que instintivamente persigue mi alma.
Siento que en la balanza de mi ser eres el fiel,
el centro justo que busco incesantemente,
aunque, a veces, dé bandazos a derecha e izquierda,
aunque vaya a trompicones de mi instinto
en un balanceo contradictorio y sin sentido.
Veo, en fin, que eres el punto de equilibrio y paz
en que mi ser halla descanso
y recobra en su sosiego toda su divinal dimensión.
Cuando me extiendo en el fiel regazo de tu balanza
me produces tal deleite
que no sino susurrar esta cantinela;
"Nos has hecho para ti y nuestro corazón está inquieto
hasta que descanse en ti"
Te conozco poco aún, aunque esté hablándote;
te presiento sólo por algunos latidos de felicidad.
Sigue tirando de mí hacia ti, pon alas a esta invocación,
tira de mi alabanza hacia ti, para que vaya saboreando
más y más y así te conozca por entero.
Percibo que mi ser tiende naturalmente hacia Ti,
como la planta a la luz.
Siento que tú eres el perfume
que instintivamente persigue mi alma.
Siento que en la balanza de mi ser eres el fiel,
el centro justo que busco incesantemente,
aunque, a veces, dé bandazos a derecha e izquierda,
aunque vaya a trompicones de mi instinto
en un balanceo contradictorio y sin sentido.
Veo, en fin, que eres el punto de equilibrio y paz
en que mi ser halla descanso
y recobra en su sosiego toda su divinal dimensión.
Cuando me extiendo en el fiel regazo de tu balanza
me produces tal deleite
que no sino susurrar esta cantinela;
"Nos has hecho para ti y nuestro corazón está inquieto
hasta que descanse en ti"
Te conozco poco aún, aunque esté hablándote;
te presiento sólo por algunos latidos de felicidad.
Sigue tirando de mí hacia ti, pon alas a esta invocación,
tira de mi alabanza hacia ti, para que vaya saboreando
más y más y así te conozca por entero.
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