En tiempo de Jesús no existía el Barómetro Continuo de Confianza Institucional de Metroscopia, que ordena a más de cincuenta instituciones y grupos sociales en función del grado de confianza que infunden. Si hubiera existido, seguro que la jerarquía eclesiástica del Sanedrín habría quedado en bajísimo lugar en las encuestas de opinión. También Jesús los criticó y se enfrentó con aquel estilo de religión establecida que dominaba, imponía cargas que ellos mismos no podían llevar, cansaba y agobiaba al pueblo con su adoctrinamiento y los ataba con su ley.
El mensaje de Jesús, por el contrario, es: aliviad cargas, desatad nudos de muerte y estrechad lazos de vida.
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