El cirujano permanecía callado, asintiendo entre el frío a cada una de las palabras de su colega. De pronto, un pensamiento petrificó a Viktor:
-Por primera vez en mi vida estoy comprendiendo la verdad proclamada en las canciones de tantos poetas y en la sabiduría de tantos pensadores: que el amor es la meta última a la que puede aspirar el hombre. Es ahora cuando entiendo el mayor de los secretos que la poesía, el pensamiento y la fe del hombre nos intentan comunicar: que la salvación de la persona está en el amor.
Viktor Frankl
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