sábado, 21 de abril de 2012

La cuestión es seguir




Tanto si os responde como si no lo hace,
seguid invocándolo,
invocándolo sin cesar
bajo las bóvedas de la asidua oración.

Tanto si viene como si no,
confiad:
se acerca cada vez más a vosotros
en cuanto percibe un gesto amoroso del corazón.

Tanto si os habla como si no,
no os canséis de implorarlo.
Aunque no os dé la respuesta que esperáis,
no dudéis de que, de un modo u otro,
veladamente, se dirigirá a vosotros.

En la oscuridad
de vuestros descontentos más profundos,
sabed que juega al escondite con vosotros.

Y en medio de la danza de la vida,
de la enfermedad y de la muerte,
si seguís invocándolo,
sin caer en la desconfianza
por su aparente silencio,
obtendréis su respuesta.

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