jueves, 28 de junio de 2012

La vida de cada uno



«Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos.» (Lc 17,10)

AHÍ HAY UNA TENSIÓN CURIOSA.
No deberíamos pavonearnos, darnos demasiada importancia o pensar que somos los salvadores de nada. No deberíamos confundir nuestro talento con nuestro mérito. Pero, dicho eso, tampoco podemos caer en esa especie de falsa humildad que enmascara la falta de coraje, de esfuerzo o de riesgo.

CADA UNO DE NOSOTROS ES IMPRESCINDIBLE. Cada gesto, cada palabra, cada silencio nuestro es único y especial en este mundo. Y NOS TOCA DESVIVIRNOS PARA LLENAR EL MUNDO DE VIDA.

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