martes, 25 de septiembre de 2012

La alegría evangélica



La alegría del Evangelio es algo muy diferente. Es optimista sin ser ciega. Es constante sin ser fácil. Tiene que ver con palabras como sentido, fe, lucha, opción, camino, reto, humanidad. Es la alegría que puede reír, y también llorar.

No es la euforia de los momentos de subidón, ni la chispa de un momento jocoso. No es risa floja ni alboroto y algazara. No es alegría etílica ni televisiva, pastillera, ni hooligan, histérica ni simple, cervecera o evasiva. 

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