Del Evangelio de este domingo me quedo con esta frase de Jesús"Una cosa te falta: anda,
vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres... y luego sígueme".
El
rico posee muchas cosas, pero le falta lo único que permite seguir a Jesús de
verdad. Es bueno, pero vive apegado a su dinero. Jesús le pide que renuncie a
su riqueza y la ponga al servicio de los pobres. Solo compartiendo lo suyo con
los necesitados, podrá seguir a Jesús colaborando en su proyecto.
El joven se siente incapaz.
Necesita bienestar. No tiene fuerzas para vivir sin su riqueza. Su dinero está
por encima de todo. Renuncia a seguir a
Jesús. Había venido corriendo entusiasmado hacia él. Ahora se aleja triste. No
conocerá nunca la alegría de colaborar con Jesús.
La crisis económica nos está
invitando a los seguidores de Jesús a dar pasos hacia una vida más sobria, para
compartir con los necesitados lo que tenemos y sencillamente no necesitamos
para vivir con dignidad. Hemos de hacernos preguntas muy concretas si queremos
seguir a Jesús en estos momentos.
Lo primero es revisar nuestra relación
con el dinero: ¿Qué hacer con nuestro dinero? ¿Para qué ahorrar? ¿En qué invertir?
¿Con quiénes compartir lo que no necesitamos? Luego revisar nuestro consumo
para hacerlo más responsable y menos compulsivo y superfluo: ¿Qué compramos?
¿Dónde compramos? ¿Para qué compramos? ¿A quiénes podemos ayudar a comprar lo
que necesitan? Son preguntas que nos hemos de hacer en el fondo de nuestra
conciencia y también en nuestras familias, comunidades cristianas e
instituciones de Iglesia. No haremos gestos heroicos, pero si damos pequeños
pasos en esta dirección, conoceremos la alegría de seguir a Jesús contribuyendo
a hacer la crisis de algunos un poco más humana y llevadera. Si no es así, nos
sentiremos buenos cristianos, pero a nuestra religión le faltará alegría.
Os dejo este vídeo para que veáis por donde pueden ir los tiros.
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