miércoles, 13 de agosto de 2014

No deseo nada más


Sé que es conocida esta oración, pero estoy cada vez más convencido que este es el camino de la felicidad. Rezadla sin prisa, con cada respiración decir una de las palabras y así gustarla internamente, como diría San Ignacio. Feliz día y sigamos rezando por la paz.

Padre, me pongo en tus manos, 
haz de mí lo que quieras, 
sea lo que sea, te doy las gracias. 
Estoy dispuesto a todo, 
lo acepto todo, 
con tal de que tu voluntad se cumpla en mí, 
y en todas tus criaturas. 
No deseo nada más, Padre. 
Te confío mi alma, 
te la doy con todo el amor 
de que soy capaz, 
porque te amo. 
Y necesito darme, 
ponerme en tus manos sin medida, 
con una infinita confianza, 
porque Tú eres mi Padre. 
Charles de Foucauld 

No hay comentarios: