Alégrate, el Señor está contigo. Soy Gabriel y he venido a tu casa porque sé que cuando encuentras un hueco te gusta orar con el Señor. No temas, Él me ha enviado y está contento contigo. Tiene grandes planes para ti. Hay gente cerca de ti que necesita tu ayuda, tu tiempo, tu dedicación, tu hacer bien las cosas. Y sí, no te falta razón al pensar que eso puede complicarte algo la vida, pero aunque digas que no sabes si podrás, o si tendrás fuerzas, no te preocupes; Él te guiará y te indicará cómo hacerlo. Si confías, nada has de temer, porque Dios estará a tu lado, y para Dios nada hay imposible.
Adaptación de Lc 1, 26-38, por Rezandovoy
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