Y dijo Dios: te voy a hacer a ti. A mi imagen y semejanza. Nacido en la corriente de la historia. Heredero de toda una estirpe de nombres y vivencias. Y en tus manos, como en las de tantos otros, pongo la creación entera. Bajo tu responsabilidad pongo los peces del mar, las aves del cielo, los animales domésticos, las fieras, los reptiles de la tierra. Te he creado a mi imagen, y por eso, tu vida será fecunda. Porque yo no puedo no crear. Crece y multiplícate en tu descendencia, en tus obras, en tus palabras o en el amor que pongas en juego. Te doy poder sobre la creación, sobre animales y plantas, que te servirán de alimento. Pero no destruyas lo que no has creado. Mira lo que he hecho. Es bueno. Haz que lo siga siendo.
Adaptación de Gen 1, 20-31; 2, 1-4, por Rezandovoy
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