viernes, 11 de septiembre de 2015

Y tú ¿quién es Jesús para ti?

¿Quién es para mí Jesús? ¿Es de verdad mi Maestro, aquel que abre horizontes en mi vida? ¿Es mi Salvador aquel que me da la fuerza para seguir su llamada y que me abre las puertas de la casa del Padre? 

Jesús también nos dice que, para seguirlo, es necesario que nos neguemos a nosotros mismos. No se trata de sufrir por sufrir. Eso sería absurdo. No es una renuncia negativa, sino optar por algo mejor. Nuestro distintivo, como creyentes, no es sufrir, sino amar. Pero nuestra estimación debe ser tan firme que ninguna dificultad nos haga claudicar. ¿Es así como amo?


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