domingo, 10 de julio de 2016

Haced vosotros lo mismo

Toda la escena del diálogo de Jesús con el maestro de la Ley se articula en torno a preguntas. El maestro pregunta, busca la respuesta fácil, la receta concreta de lo que hay que hacer. Y Jesús no responde, también pregunta. La palabra de Jesús anima a que el que pregunta busque en su corazón la respuesta que ya sabe. Al final la respuesta es clara: “Haz esto y tendrás vida”…”Anda, haz tú lo mismo”.
La parábola es una provocación. Un hombre que baja de Jerusalén es asaltado cruelmente. El sacerdote y el levita muy probablemente bajaban del Templo. Habrían ido a dar culto a Dios, a trabajar, a rezar. El samaritano seguro que no bajaba del Templo. Su presencia en Judea era un peligro, samaritanos y judíos estaban profundamente enemistados, su raza era diferente, como también lo eran sus templos. Los profesionales del encuentro con Dios (sacerdote y levita) son incapaces de misericordia.
Qué perversión dar culto a Dios y no comprometerse con la vida del necesitado. Qué profundo sacrilegio.
Hoy Jesús nos habla a nosotros: “Andad, haced vosotros lo mismo”.

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