El administrador de la parábola es ejemplo por su habilidad. Jesús no invita aquí a ser injustos, sino sagaces: hacernos amigos utilizando los bienes de este mundo para ponerlos al servicio de los más necesitados. Y plantea una oposición: la decisión con que actúan los que pertenecen a este mundo y la indecisión y la poca sagacidad de los que pertenecen a la luz. Luego, unas palabras sobre el uso del dinero, que se puede transformar en un ídolo al que servir, en lugar de servir al verdadero Dios. Servir a Dios nos hace libres para servir a los más necesitados; servir al dinero nos hace esclavos y pervierte nuestras relaciones con Dios y con los demás.
-¿Tengo algún apego personal que me impide estar al servicio de los demás, de los que me necesitan? ¿Soy libre para servir a Dios en los demás?
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