miércoles, 5 de octubre de 2016

Tiempo de callar


Que el silencio
rodee a las palabras.

Silencio antes de hablar,
para pensar en lo cierto,
lo justo, lo necesario. 
No hay que estropear los puentes
rompiendo sus pilares
a base de quejas inútiles, 
de reproches innecesarios,
o veredictos precipitados.
Calla, y reflexiona.

Silencio también después de hablar,
para acoger respuestas,
y dejar que las palabras 
planeen, en sereno baile,
hasta posarse en la rama
que es uno mismo.

Dios está en la palabra
y en el silencio.
Ese es su secreto
y su misterio.

(José María Rodríguez Olaizola sj)

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