Llegamos a la tercera semana de adviento. Juan buscando la certeza de la fe pregunta: ¿Eres tú? ¿Cuántas veces revisando tu vida con los ojos del evangelio te has formulado esta pregunta? ¿Señor, eres tú? ¿Es tu presencia, tu actuar, el que realiza maravillas en mí?
Jesús responde mostrado los milagros de la fe y anuncia una primera bienaventuranza: dichoso aquel que no pierde su confianza en mí.
Ésta es la respuesta de Jesús ante la pregunta de aquel que permanece en la cárcel, a la vez que empieza una catequesis sobre la figura y persona del Bautista, el mensajero, el que prepara el camino, el que pone las condiciones más adecuadas para la llegada del Mesías.
¿Cómo estas preparando tu camino de adviento? ¿Dejas espacio libre en tu corazón para su llegada?
“Dichoso aquel que no pierde su confianza en mí.”
Jesús responde mostrado los milagros de la fe y anuncia una primera bienaventuranza: dichoso aquel que no pierde su confianza en mí.
Ésta es la respuesta de Jesús ante la pregunta de aquel que permanece en la cárcel, a la vez que empieza una catequesis sobre la figura y persona del Bautista, el mensajero, el que prepara el camino, el que pone las condiciones más adecuadas para la llegada del Mesías.
¿Cómo estas preparando tu camino de adviento? ¿Dejas espacio libre en tu corazón para su llegada?
“Dichoso aquel que no pierde su confianza en mí.”
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