Me conmueve esta escena, Señor,
los magos, de rodillas, adorándote…
También yo, que tantas veces me resisto
a entrar en tu casa,
a buscarte en los lugares que Tú frecuentas,
a tomarte en mis brazos,
siento hoy deseos de abrir mis cofres,
y de ofrecerte agradecido, lo poco o lo mucho que tengo,
Lo que Tú me has dado.
Lo que soy, lo que fui, lo que seré…
(María Rita Martín)
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