Ya han pasado unas fiestas increíbles. Familiares, entrañables llenas de luz y de vida. Todo gracias a que Dios se hace hombre. Pues bien ahora le toca el momento al tiempo ordinario.Un tiempo en el que a veces por el nombre, tiende a pasar desapercibido y desaprovechado, y resulta que no es nada de eso. Es un tiempo para vivir de manera extraordinaria todo lo que hemos aprendido durante el tiempo de adviento y navidad. Por eso os invito a hacer memoria de todo lo vivido en ese tiempo de preparación para el nacimiento de Dios y de la Epifanía y nos pongamos a vivir con toda alegría el momento que nos ha sido dado.
Oración para comenzar el tiempo ordinario:
Señor Jesús,
Tú no viniste al mundo para ser admirado o adorado.
Tú deseaste solamente imitadores.
Por eso, despiértanos, si estamos adormecidos
En ese engaño de querer admirarte o adorarte,
En vez de imitarte y parecernos a ti.
Sören Kierkegaard
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