domingo, 17 de febrero de 2019

Dichosos


«Dichosos los pobres, porque vuestro es el reino de Dios. 
Dichosos los que ahora tenéis hambre, porque quedaréis saciados. 
Dichosos los que ahora lloráis, porque reiréis. 
Dichosos vosotros, cuando os odien los hombres, y os excluyan, y os insulten, y proscriban vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del hombre. Alegraos ese día y saltad de gozo, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. Eso es lo que hacían vuestros padres con los profetas. 
Pero, ¡ay de vosotros, los ricos!, porque ya tenéis vuestro consuelo. 
¡Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados!, porque tendréis hambre. ¡Ay de los que ahora reís!, porque haréis duelo y lloraréis. 
¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! 
Eso es lo que hacían vuestros padres con los falsos profetas.» (Lc 17)

Reflexión de J.A. Pagola:

En sus bienaventuranzas, Jesús advierte que un día se invertirá la suerte de los ricos y de los pobres. Es fácil que también hoy sean bastantes los que, siguiendo a Nietzsche, piensen que esta actitud de Jesús es fruto del resentimiento y la impotencia de quien, no pudiendo lograr más justicia, pide la venganza de Dios.Sin embargo, el mensaje de Jesús no nace de la impotencia de un hombre derrotado y resentido, sino de su visión intensa de la justicia de Dios que no puede permitir el triunfo final de la injusticia. Han pasado veinte siglos, pero la palabra de Jesús sigue siendo decisiva para los ricos y para los pobres. Palabra de denuncia para unos y de promesa para otros, sigue viva y nos interpela a todos.

Para la revisión de vida 

Repasar, con el evangelio en la mano, las bienaventuranzas, una a una, dejándolas recalar en el corazón, y dejando que el propio corazón nos “reclame” y nos exija, y a la vez que nos conforte y nos haga saborear el significado de la palabra de Jesús

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