domingo, 25 de diciembre de 2011

Concebir es un proceso de acoger


Concebir es un proceso de acoger: recibir esa palabra-acontecimiento, dejar que se lleve a cabo dentro del propio seno lo que no se hace sin él, pero lo desborda y supera: el alumbramiento de la nueva criatura anunciada por esa “palabra-acontecimiento”.
María dice, con razón, “hágase en mí”, es decir, la madre acoge que ocurra esa creación (pro-creación) dentro de ella. Lo que , aunque no se hace sin ella y sin el padre, pero los desborda a ambos, es algo que ocurre en ellos y los supera. Los progenitores hacen la criatura que Dios les da. Dios les da la criatura que ellos hacen.
Así es en todo nacimiento. Concebir vida y alumbrar criatura nueva es el enigma y maravilla de creatividad de todo nacimiento, de lo cuál el nacimiento de Jesús es símbolo y epifanía. Como escribía Juan Pablo II, “la Navidad pone de manifiesto el sentido profundo de todo nacimiento humano ” (Evangelium vitae, n.1).


No hay comentarios: