miércoles, 28 de diciembre de 2011

Madre de Dios


Para orar:

Prepárate para la oración: párate y siéntate, respira y reviste tu corazón de sencillez,… Pide hoy con el espíritu de la oración el don del amor a María…

OBSERVA: detente, sin prisas, en contemplar la imagen del icono… En silencio, sin nada que comprender y mucho que vivir… Dedícale un tiempo generoso a dejarte mirar por María…

RECONOCE: recuerda algunas cosas de la explicación del icono y obsérvalas en la imagen… Recuerda que su nombre, la Virgen de la Ternura, le viene no de ella, sino de Jesús… Contempla ahora el tierno amor del hijo hacia la madre…

INTERPRETA: “Ahí tienes a tu madre… y desde aquel  momento, el discípulo la recibió como suya” (Jn 19, 27). Mira el icono repitiendo las palabras… “Ahí tienes a tu madre…” También el icono parece sugerir que es la madre la que nos presenta al hijo y nos dice: Aquí tienes a tu Salvador… a tu Maestro… a tu Amigo… Ve completando tú la frase y pon las palabras en boca de María…

SENTIR: Vuelve a contemplar en silencio el icono… vuelve a dejarte mirar por María… y siente la mirada que te alcanza el corazón… déjate llevar por el abrazo del niño hacia la Madre…

APLICAR a la VIDA: María quiere entrar en tu vida… déjale un hueco, hazle un espacio a su mirada tierna… pide a Dios poder amarla como lo hace Jesús en el icono, con ternura…
Da gracias a María por estar ahí y poder contar con ella… Da gracias por el diálogo con el icono y por el rato de oración… y sal despacio de ella.



Decir tu nombre, María,
es decir que la Pobreza
compra los ojos de Dios.

Decir tu nombre, María,
es decir que la Promesa
sabe a leche de mujer.

Decir tu nombre, María,
es decir que nuestra carne
viste el silencio del Verbo.

Decir tu nombre, María,
es decir que el Reino viene
caminando con la Historia.

Decir tu nombre, María,
es decir junto a la Cruz
y en las llamas del Espíritu.

Decir tu nombre, María,
es decir que todo nombre
puede estar lleno de Gracia.

Decir tu nombre, María,
es decir que toda suerte
puede ser también Su Pascua.

Decir tu nombre, María,
es decirte toda Suya,
Causa de Nuestra Alegría.

Pedro Casaldàliga

No hay comentarios: