Cuando trabajamos nos convertimos en una flauta a través de cuyo corazón se transforma en música el murmullo de las horas.
Siempre se nos ha dicho que el trabajo es una maldición y la labor una desgracia; pero cuando trabajamos cumplimos con una parte del sueño más remoto de la tierra, el cual nos fue asignado cuando ese sueño nació.
Y al amar nuestro trabajo, estamos en realidad amando la vida. Y el amor a la vida por medio del trabajo, es intimar con su secreto más hondo.
La vida es, efectivamente, penumbra, excepto cuando en ella hallamos estímulo. Y todo estímulo es ciego si no existe conocimiento, Y todo conocimiento es inútil, si no va acompañado por el trabajo, Y todo trabajo es cosa vacía salvo cuando existe amor.
Cuando trabajamos con amor nos juntamos uno al otro y sintonizamos con el Corazón de la Vida.
¿Y qué es trabajar con amor? Es tejer la tela con hilos sacados de nuestro corazón, es como si nuestro ser más amado tuviera que vestirse con esa tela.
Es construir una casa con cariño, como si nuestro ser más amado hubiese de morar en ella. Es como poner la semilla en el surco con ternura y recolectar la cosecha con alegría, como si nuestro ser más amado hubiera de comer su fruto.
Es impregnar todas las cosas que efectuamos con el aliento de nuestro propio espíritu. Y saber que todos los muertos benditos se alzan frente a nosotros en el momento en el que desarrollamos cada tarea y nos miran.
El trabajo es un amor que se hace tangible. Y si no podemos trabajar con amor sino tan sólo con desagrado, tal vez fuese preferible que dejásemos de trabajar y tomásemos asiento a la entrada del templo para pedir limosna a los que trabajan con alegría.
Porque si cocinamos el pan con indiferencia estamos cociendo un pan amargo que alimenta sólo a medias el hambre del hombre. Y si pisamos las uvas con disgusto, ese disgusto será como un veneno destilado en el vino. Y si cantamos como ángeles, pero no amamos el canto, tapamos los oídos de hombres y mujeres, de niños y ancianos para que no puedan escuchar las voces del día y las de la noche.
martes, 3 de septiembre de 2013
TRABAJAR CON AMOR
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