domingo, 7 de junio de 2015

Tomar la vida en serio

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Somos don. No me cansaré de repetirlo y de vivirlo. Cuando una cae en la cuenta en esta maravilla, aparece la responsabilidad ante la vida dada. Esto no quiere decir que vivamos de forma seria, sino con la alegría de saberme amado y querido por un Dios en el que todo es puro exceso.

Espero que esta oración os sirva para pensar un poco en todo esto. 

1 comentario:

HTTP://rosadeabril-m.blogspot.com dijo...

Jahve le dijo a Jeremías: "Antes de formarte en el vientre de tu madre te conocí; antes de que salieras de su seno, te consagré",(Jr1,5)

Te conocí, te predestiné, te elegí, te creé porque te amaba y porque te necesitaba ...Todos hemos sido creados por Dios por amor y, antes de echarnos al mundo, nos consagró y nos encomendó una determinada misión: A Cristo lo consagró en el vientre de María de Nazaret y lo envió como Mesías Redentor; A nuestros Sacerdotes los separó del mundo y los envió para que fueran sus colaboradores en el tema de la salvación de los hombres, como Ministros Ordenados. A los laicos nos bendice y nos envia a colaborar en la salvación de los hombres...Todos tenemos una misión y es muy importante descubrirla para entregarnos a ella en cuerpo y alma, cumpliendo así la voluntad de Dios.

Cada uno de nosotros es un DON. Somos un Don del Padre que nos entrega al Hijo para ser redimidos.

La Trinidad, mejor que cualquier otro misterio, nos revela la Bondad y el AMOR infinito de Dios. El hombre puede conocer este sublime misterio, pero no lo puede comprender. Frente a él experimenta la infinita desproporción entre sus limitaciones humanas y los misterios divinos y se encuentra con una distancia inmensa entre la criatura y Dios, el Creador, el Altísimo, el Dios Vivo ,UNO Y TRINO. Pero, si la razón queda deslumbrada por la profundidad del Misterio, la misma razón iluminada por la Fe, no se pierde, se vuelve muy humilde, regresa a su lugar y reconoce su insuficiencia, cree y adora

Adora a esa Trinidad que se da a sus criaturas para santificarlas y elevarlas al estado de hijos

El Evangelio nos muestra al Padre rodeando al hombre de su misericordia y providencia paternales, al Hijo conduciéndonos de la mano y enseñándonos a vivir como verdaderos hijos de Dios, y al Espíritu Santo, renovándonos, santificándonos para hacernos nacer a la vida divina.Las Personas divinas están en el creyente que las acoge y se adhiere a Ellas a través de los Sacramentos.