domingo, 17 de diciembre de 2017

Tercer domingo de Adviento



En las lecturas del tercer domingo de adviento, el tema predominante es la ALEGRÍA. Pero no una alegría que es para mí, sino que es un gozo el poder vivir y anunciar todo cuanto hace el Señor en nuestra vida y en nuestro mundo. Y esta es nuestra misión, a pesar de todo, Dios nos quiere aquí para dar una palabra de aliento al abatido y quiere que demos la vida por este anuncio. 

Vivamos atentos y demos al mundo el amor que nos ha dado. Os dejo esta oración de la página Rezando Voy, del Jose Mª Rodríguez Olaizola.

No hay que temer al fracaso, a la lucha,
al dolor, a los pies de barro 
o a la debilidad.
No hay que temer a la propia historia,
con sus aciertos y tropiezos;
ni a las dudas; ni al desamor;
que la vida es así, compleja, 
turbulenta, hermosa, incierta.

Pero luchemos 
contra la tristeza perenne,
esa que se instala en el alma
y ahoga el canto.

Alimentemos la semilla de alegría
que Dios nos plantó muy dentro.
Que surja, poderosa, la voz esperanzada,
esa que clama en desiertos y montes,
en calles y aulas, 
en hospitales, 
en prisiones,
en hogares y en veredas.

Cantemos, hasta la extenuación,
la vida del Dios hecho niño, 
del Niño hecho Hombre, 
del Hombre crucificado
que ha de vencer a la cruz, una vez más.

Nadie va a detener al Amor
que se despliega, invencible,
en este mundo que aguarda.
Aunque aún no lo veamos.

(José María R. Olaizola, sj)



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