Día de proyecto 1:
Este trimestre hemos
estado yendo en proyecto a la residencia del Cotolengo.
El primer día al llegar
empezamos a darle la merienda a los abuelillos, yo se la di a un hombre muy
mayor que tenía una enfermedad, no me acuerdo cuál era y desde ese día ya se la
di el resto de días que fui. Después de eso, conocí a Mirian, una mejor de unos 50 años
aproximadamente, de marruecos pero enamorada de la gente de París, ese día me
sacó fuer a a dar un paseo y a coger
flores, me contó muchísimas cosas de su vida y me pareció una mujer muy
agradable. Según Mirian la vida es un teatro y nosotros somos los actores, eso
es lo que siempre me decía después de darme una lección de vida.
Día de proyecto 2:
El segundo día de
proyecto, hice la misma rutina que el primer día, pero esta vez, después de dar
de merendar al Abuelo (que es así como le llaman), subí a ver a Trini y a Sara,
que son dos mujeres que no pueden hablar y que están en cama, pero que nos
entienden y ríen cuando les hablamos y les hice una visitilla. Después de estar
con ellas me fui otra vez con Mirian y estuvimos en un salón sentadas hablando,
y me contó más curiosidades de su vida, realmente es gracioso escucharla hablar
porque hace una mezcla entre castellano y francés y al ser una mujer tan dulce
resultaba muy divertido. Realmente me encariñé mucho con ella.
Día de proyecto 3:
El tercer día le llevé
a Mirian unas revistas porque le gustan mucho y le llevé dos para que las
leyera, pero antes de eso me tocaba dar de merendar al Abuelo y cuando llegué,
no estaba. Estaba en el salón sentado porque cada vez está peor y ya le cuesta
mucho comer, me dijeron que intentara darle de merendar pero no quería, así que
no pude darle de merendar, pero si es cierto que estaba muy apagadillo.
Después hice otra
visita a Sara y a Trini y Sara estaba llorando, está en depresión, y no sé me
quedé un ratillo con ella para animarle y contarle cosillas, me dio la mano y
me la apretaba fuerte, no me la quería soltar, fue una sensación gratificante.
Después estuve con Mirian de nuevo, contándonos curiosidades y fue genial,
seguía diciéndome que la vida es un teatro y nosotros somos los actores.
Día de proyecto 4:
Este día cambié mi
rutina por jugar al dominó con Antonio, Pepe, Mirian y Laura. Nos lo pasamos
muy bien, aunque en realidad no entendía porque se pensaba tanto al echar una
ficha, pero nos divertimos mucho. Mientras jugábamos, Pepe y Antonio nos
contaban cosas de su vida y realmente da pena tener que ir a una residencia a
escuchar las tristes historias de alguna gente para darte cuenta de la suerte
que tenemos muchas veces.
Teresa Molinero
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