domingo, 10 de junio de 2012

Voluntariado 12


Día de proyecto 1:
Este trimestre hemos estado yendo en proyecto a la residencia del Cotolengo.
El primer día al llegar empezamos a darle la merienda a los abuelillos, yo se la di a un hombre muy mayor que tenía una enfermedad, no me acuerdo cuál era y desde ese día ya se la di el resto de días que fui. Después de eso, conocí  a Mirian, una mejor de unos 50 años aproximadamente, de marruecos pero enamorada de la gente de París, ese día me sacó fuer a a dar un paseo  y a coger flores, me contó muchísimas cosas de su vida y me pareció una mujer muy agradable. Según Mirian la vida es un teatro y nosotros somos los actores, eso es lo que siempre me decía después de darme una lección de vida.

Día de proyecto 2:
El segundo día de proyecto, hice la misma rutina que el primer día, pero esta vez, después de dar de merendar al Abuelo (que es así como le llaman), subí a ver a Trini y a Sara, que son dos mujeres que no pueden hablar y que están en cama, pero que nos entienden y ríen cuando les hablamos y les hice una visitilla. Después de estar con ellas me fui otra vez con Mirian y estuvimos en un salón sentadas hablando, y me contó más curiosidades de su vida, realmente es gracioso escucharla hablar porque hace una mezcla entre castellano y francés y al ser una mujer tan dulce resultaba muy divertido. Realmente me encariñé mucho con ella.

Día de proyecto 3:
El tercer día le llevé a Mirian unas revistas porque le gustan mucho y le llevé dos para que las leyera, pero antes de eso me tocaba dar de merendar al Abuelo y cuando llegué, no estaba. Estaba en el salón sentado porque cada vez está peor y ya le cuesta mucho comer, me dijeron que intentara darle de merendar pero no quería, así que no pude darle de merendar, pero si es cierto que estaba muy apagadillo.
Después hice otra visita a Sara y a Trini y Sara estaba llorando, está en depresión, y no sé me quedé un ratillo con ella para animarle y contarle cosillas, me dio la mano y me la apretaba fuerte, no me la quería soltar, fue una sensación gratificante. Después estuve con Mirian de nuevo, contándonos curiosidades y fue genial, seguía diciéndome que la vida es un teatro y nosotros somos los actores.

Día de proyecto 4:
Este día cambié mi rutina por jugar al dominó con Antonio, Pepe, Mirian y Laura. Nos lo pasamos muy bien, aunque en realidad no entendía porque se pensaba tanto al echar una ficha, pero nos divertimos mucho. Mientras jugábamos, Pepe y Antonio nos contaban cosas de su vida y realmente da pena tener que ir a una residencia a escuchar las tristes historias de alguna gente para darte cuenta de la suerte que tenemos muchas veces.

Teresa Molinero

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